Alepo, ciudad mártir, recibe un soplo de esperanza

El 6 de febrero de 2023, a las 3:20 de la madrugada, un terrible terremoto devastó la ciudad de Alepo, bajo lluvias torrenciales y vientos helados. La gente se encontraba bajo los escombros o en las calles sin refugio. Los gritos, llantos y gemidos de los niños rasgaban el silencio de la noche. El olor a muerte emanaba de las casas destruidas. La gente lloraba o corría por las aceras en busca de sus familiares perdidos bajo los escombros. Alepo se convirtió en una ciudad muerta en 40 segundos.
El Presidente General Internacional, Renato Lima de Oliveira, al recibir las malas noticias, se puso en contacto conmigo a primera hora de la mañana para preguntarme por los miembros de la SSVP, sus familias y la residencia de ancianos, y pidió a todos los vicentinos del mundo que les apoyaran y rezaran por ellos.
Impulsado por un sentimiento de empatía y consciente del papel crucial de la SSVP en estos momentos de crisis, el Presidente de la SSVP de Alepo, Joseph Ahmar Dakno, lanzó rápidamente este mensaje:
«Mis hermanas y hermanos vicentinos de Alepo,
Damos gracias a Dios por su gracia y su misericordia, por nuestra supervivencia a esta catástrofe natural que ha golpeado Alepo.
En este momento, estamos experimentando los efectos catastróficos de un fenómeno geológico devastador. Algunas personas han perdido a sus seres queridos; ojalá se encuentren en los brazos celestiales. Otros han perdido sus casas, sus propiedades, sus coches, sus negocios…
Hoy, nosotros, como responsables, nos movilizamos para consolar a los afligidos: Esta es nuestra misión y es la voluntad del fundador de la Sociedad, el Beato Federico Ozanam, que no cesaba de repetir que «los pobres son nuestros amos, y nosotros sus servidores».
Hacemos un llamamiento a todos los consocios para que presten ayuda y socorro a todas las víctimas del terremoto.
Inmediatamente, todos los colaboradores y voluntarios se dispusieron a servir, atravesando las carreteras bloqueadas por los escombros y los edificios destruidos para ayudar a las víctimas. Se creó una unidad de crisis y un enjambre de jóvenes vicentinos recorría las calles, proporcionando alimentos, primeros auxilios y siendo sensible a la realidad de niños, adultos y familias en refugios, tiendas de campaña e incluso en la calle.
Los niños aterrorizados y traumatizados por el terremoto fueron atendidos por grupos de vicentinos que organizaron sesiones de baile, canciones y distribuyeron lápices de colores y cuadernos de dibujo. También se les sirvió un pequeño refrigerio.
Seguro que Federico Ozanam se habrá alegrado de ver a estos vicentinos «abrazando el mundo en una red de caridad». La solidaridad de todos nuestros consocios fue notable y fue de mucha utilidad en este momento tan desastrosa. Se enviaron fondos desde el Consejo General Internacional, Líbano, Jordania, Tierra Santa y próximamente desde Francia.
A pesar de los repetidos terremotos que siguen azotando Alepo y de la peligrosa situación general, decidí visitar a mis hermanos de Alepo y llevarles un mensaje de amor internacional.
Mi visita fue un gran apoyo moral y un consuelo.
Ella Bitar
Vicepresidenta Territorial Internacional para el Medio Oriente y el Norte de África
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