4 de julio. Día del joven vicentino: Sonriendo a la vida

Desde el año 2017 la Juventud Vicentina de la SSVP tiene en su calendario una fecha muy especial, el 4 de julio, en la que se celebra el Día Internacional de la Juventud Vicentina de la SSVP.
Esta fecha tiene un simbolismo muy importante, ya que es la fiesta litúrgica del Beato Pier Giorgio Frassati, también considerado desde 2017 por el Comité Internacional de Juventud de la SSVP como el patrón de la Juventud Vicentina de la SSVP.
Como cada año, se ha elegido un tema sobre el que los jóvenes reflexionarán y pondrán en práctica durante los próximos meses. Este año 2023 el tema propuesto es «Juventud Vicentina sonriendo a la Vida».
El consocio Willian Alves nos explica algunos de los puntos que guiaron la elección del tema de este año.
Se basa en el pasaje bíblico «yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». (Juan 10.10).
Acoger, defender y promover la vida se han convertido en acciones inherentes a la fe cristiana. Comprender la inviolabilidad de la vida desde su inicio hasta su fin natural, promover la dignidad y denunciar cualquier injusticia que se convierta en una amenaza para la vida, es el compromiso de todo cristiano católico y también debe ser promovido por la Juventud Vicentina.
Constantemente vemos amenazada la vida, y nuestro papel como Juventud Vicentina es defenderla y promoverla, pues esto es también una forma de caridad y amor al prójimo.
En muchos países la vida de los jóvenes también está constantemente puesta a prueba por la violencia, la falta de oportunidades de empleo, la falta de una buena alimentación, la falta de políticas públicas que sean capaces de sacar a los jóvenes ambientes violentos son también formas en las que vemos que la vida no está siendo protegida.
Lamentablemente, también vemos a muchos jóvenes que buscan la manera fácil de quitarse la vida, que están renunciando a vivir, a soñar, a ser jóvenes. Esto también debería preocuparnos en nuestro entorno vicentino. Encontrar formas eficaces de apoyar a estos jóvenes que, por razones sociales y psicológicas, necesitan apoyo, presencia, afecto, alguien que esté con ellosen su camino, animándoles a vivir.
Sonreír a la vida es un gesto concreto de decir sí a la vida y no al aborto, sí a la vida de los jóvenes, especialmente de los más vulnerables socialmente. No a la violencia que mata y quita oportunidades a los jóvenes. Sí a la defensa de la vida en su declive natural. Sí a las acciones y políticas públicas que dignifiquen la vida de todas las personas.
Sonreír a la vida debe traducirse en una acción concreta de la SSVP que pueda colaborar a la dignificación de la vida de los que son ayudados por las Conferencias.
Sonreír a la vida debe ser un acto de celebración y fiesta por la presencia de jóvenes en la SSVP, así como la realización de acciones que posibiliten su incorporación a nuestras filas vicentinas.
El tema de este año también se inspira en los discursos y entrevistas que el Presidente General Renato Lima ha pronunciado durante su mandato. «La sonrisa de cada vicentino es fundamental. Creo que un vicentino triste no es un vicentino. Cuando llegamos a la casa del necesitado, lo primero que damos es nuestra sonrisa. Creo que eso es caridad. La caridad no es sólo ofrecer un paquete de comida, ropa o zapatos. Para mí todo es caridad, especialmente una sonrisa. Si el mundo sonriera más, sin duda sería mejor. Como siempre digo, el papel de los vicentinos es hacer feliz a la gente, y eso empieza con una sonrisa», dijo el consocio Renato Lima.
Os deseamos a todos un Feliz Día Internacional de la Juventud Vicenciana SSVP y que nuestro patrono de la juventud, Pier Giorgio Frassati, interceda ante Dios por nuestros sueños y proyectos y nos ayude siempre a defender la vida y a sonreír por ella.
Se anima a los Consejos a promover una Colecta Especial de Jóvenes en las Conferencias Vicentinas este mes de julio. Todo el dinero recaudado debe ser utilizado para acciones con los jóvenes de la SSVP (formación, acogida, desarrollo de actividades concretas, etc.). Se recomienda a los países con mayor presupuesto, que puedan apoyar a otros países o destinar el importe al Consejo General Internacional para que pueda apoyar a los países que necesiten más ayuda.