Sudán del Sur: Un programa de formación profesional gestionado por la SSVP

Proyectos de desarrollo en un difícil contexto político y humanitario
Independiente desde 2011, Sudán del Sur sigue haciendo frente a una grave crisis política desencadenada en 2013, que ha debilitado enormemente su economía y a su población, actualmente desprovista de todo capital humano (los conflictos han destruido a las familias) e intelectual (la tasa de analfabetismo es creciente). En este contexto de inestabilidad política y económica, la ayuda al desarrollo está muy poco presente y la prioridad de los proveedores de fondos es la ayuda de emergencia.
A pesar de esta crisis humanitaria de gran envergadura, la SSVP resiste. A diferencia de otras ONG que trabajan en la ayuda de emergencia, ella intenta aportar una respuesta que dure en el tiempo. Se esfuerza en poner en marcha sus iniciativas de desarrollo que fomenten la resiliencia y la reconstrucción de las poblaciones a largo plazo: escuelas de párvulos, centros para huérfanos, centro de alimentación, y centro de salud, centro de formación profesional…
El CFPDC*: una contribución a la paz y a la reconstrucción del país
En 2009, la Sociedad de San Vicente de Paúl en colaboración con ASASE inauguró un Centro de Formación Profesional de calidad encaminado a favorecer la inserción profesional. Situado en la comunidad de Lologo, en Juba, la capital de Sudan del Sur, el programa puesto en marcha por la SSVP imparte formaciones destinadas a responder a las necesidades del mercado de Sudán del Sur. El programa forma profesionales en oficios de base en los sectores de la construcción, mecánica y agricultura (entre otros). El principal objetivo es hacer a estos jóvenes directamente ‘empleables’ en el mercado después de nueve meses de formación.

Paralelamente, el centro está destinado a reforzar las capacidades personales y colectivas de sus beneficiarios a través de su programa “vivir juntos”. Se han organizado varios talleres participativos que tratan temas como la resolución de conflictos, la diversidad étnica, religiosa o cultural, los derechos humanos, el respeto al pluralismo etc.
Incluso si los indicadores para medir el impacto son complicados de definir a causa de la situación conflictiva actual, el programa ha mostrado sus impactos positivos a largo plazo. Según el informe de evaluación del programa realizado en 2016 por un consultor externo de la ONG colaboradora del proyecto, ASASE: “las observaciones sobre el terreno permiten afirmar que el programa de formación profesional tiene un gran impacto sobre la población joven, poco formada y procedente de medios vulnerables, que se beneficia de los cursos, así como sobre sus familias cercanas que gozan indirectamente de los ingresos ligados a los empleos obtenidos. Además, otro impacto positivo a largo plazo está directamente ligado al hecho de que los jóvenes formados tienen una perspectiva de futuro distinta a la de recurrir a la violencia o a la guerra”.
El pasado 8 de diciembre, tuvo lugar la 8ª ceremonia de entrega de diplomas en presencia de personalidades políticas y religiosas. La secretaria adjunta del ministerio de trabajo y de desarrollo, Mary Hillary, asistió al acto como invitada de honor. Mr. Moses Telar, director de asuntos religiosos del gobierno, así como el director de formación profesional y políticas de desarrollo y Monseñor Santo Laku Pio, obispo de la archidiócesis de Juba, mostraron también su apoyo al proyecto con su presencia ese día.
A lo largo de esta ceremonia, 307 estudiantes fueron diplomados en las siete especialidades siguientes: mecánica, electricidad, albañilería, informática, costura, primeros auxilios, y formación agro-alimentaria. Para asegurar su buena inserción profesional, se entregó a los estudiantes diplomados el material que les permitirá lanzarse con serenidad al mercado de trabajo. Por ejemplo, los alumnos de costura recibieron una máquina de coser, los diplomados en primeros auxilios, recibieron un botiquín, etc
Betram, un Sud-Sudanés al servicio de su país
Betram Gordon Kuol es sud-sudanés y miembro de la SSVP en Juba desde hace casi diez años. Actualmente, es coordinador de la región África 2 (Eritrea, Etiopía, Sudán, Sudán del Sur, Botsuana, Namibia, Lesoto, Sudáfrica, Suazilandia, Angola, Cabo Verde, Guinea Bissau, Mozambique, Santo Tome & Príncipe). Paralelamente a su papel de coordinador internacional, Betram Gordon es responsable del programa de formación desde su creación y hace este trabajo por pura vocación, al servicio de sus allegados, sin escatimar esfuerzos. Él nos trae un mensaje de esperanza a través de sus deseos para el año 2017:
“En estos últimos años en Sudán del Sur, los titulares de la prensa sólo han dado noticias sobre los conflictos políticos asociados a los asesinatos, al desplazamiento de las poblaciones, a las violaciones de derechos humanos, a la corrupción, la inflación galopante, la inseguridad alimentaria, y la hambruna que afecta a más de la mitad de la población. A pesar de este cuadro sombrío, si ustedes observan el trabajo de la SSVP, verán niños que reciben alimentos, adultos desfavorecidos que se benefician de cuidados médicos gratuitos, todo ello dando muestras de que los esfuerzos prestados permiten tener una población con mejor salud, una sociedad más autónoma y auto-suficiente, más resistente y más productiva. Todo ello sucede porque hay personas serias y generosas de corazón, como ustedes y yo, que se ponen manos a la obra para defender, lanzar colectas de fondos y programas de desarrollo que mejoran las condiciones de vida de los más desfavorecidos. Para este nuevo año, recuerden que ustedes tienen todos los motivos para estar erguidos y orgullosos del importante trabajo que realizan trayendo esperanza y salvando numerosas vidas perdidas. Feliz y Santo año 2017.”
*Centro de formación profesional y de desarrollo comunitario