Fecha de publicación: 16/06/2020

Los vicentinos se preocupan por las personas marginadas

Consejo General Internacional

Diana Blanco: Se convirtió en una persona sin hogar tras sufrir un aborto y perder el empleo ella y su marido. Amigos de la familia les ayudaron a salir adelante. Diana quería devolver la ayuda recibida atendiendo en el almacén de alimentos y en las tiendas solidarias. 

Carlos Benítez: Gracias al ejemplo de caridad que le dio su familia y pese a vivir una infancia en el Bronx donde la discriminación racial e injusticia social estaban presentes, Carlos decidió ayudar a presidiarios. 

Ambos son vicentinos de la Sociedad de San Vicente de Paúl, y su labor ilumina a otros, sobre todo en estos momentos turbulentos de la pandemia, siguiendo el lema vicentino: “Ninguna obra de caridad es ajena a la sociedad.”

Diana Blanco: “Sé lo que es no tener un hogar. Si no me hubieran ayudado, mi marido y yo todavía viviríamos en una tienda de campaña, como muchos. Así que siento que debo devolver el favor y hacer lo que esté en mi mano para dar otra oportunidad a otra persona.” 

Carlos Benitez. “¿Qué ha ocasionado la pandemia? Ha generado una emergencia en aquellos que se encuentran en una situación difícil. Las instituciones están ayudando a algunos sin siquiera tener un lugar físico concreto para quedarse, y muchas residencias han cerrado.”

Lee toda la historia en: https://www.orlandodiocese.org/e-scroll/archive/vincentians-care-for-those-on-the-fringes/?fbclid=IwAR04wjr9VMZxrdx8YBkwqPhX9mvjHkVr4Hr7KFPr0whGUFyKAng-psLq2og