Llega la ayuda internacional de la SSVP a Venezuela

La Covid-19 está complicando la situación de un país empobrecido, con carencias de suministros, ropa y alimentos. Un contexto en el que los vicentinos, también tocados por la pobreza, tratan de ayudar a los más vulnerables.
Con los fondos de emergencia llegados desde la SSVP Internacional, los consocios venezolanos proporcionaron materiales sanitarios, de higiene y aseo personal a todos los Consejos de Zona y Conferencias, además de alimentos y medicinas para muchas personas necesitadas, entre las que se encuentran algunos consocios, que debido a sus disminuidos ingresos no pueden comprar lo necesario para mantener su estado de salud y a sus familias.
La situación en Venezuela continúa siendo muy crítica, ahora agravada con la pandemia de la Covid-19. El salario mínimo es de 1,50 $ y, dependiendo del cambio de moneda, puede estar incluso por debajo de este valor. La mayoría de los pensionistas cuentan con este ingreso mínimo, al igual que muchos de nuestros consocios.
Estas personas se enfrentan cada día a la siguiente disyuntiva: ¿Qué hacer? ¿Cómo alimentar a la familia y mantenerse hasta fin de mes con ese dinero? Los alimentos ya no escasean tanto, pero no están al alcance de la gran mayoría por su alto precio. Las medicinas para tratamientos crónicos: diabetes, tensión, tiroides, … se pueden conseguir pero a un coste tan alto que de facto no se pueden adquirir. A diario mueren pacientes por falta de tratamiento y, a esta situación, se suma ahora el coronavirus. Los servicios de salud no están preparados para esta pandemia y ya han muerto muchos médicos por carencia de material sanitario para su protección.
Los problemas en Venezuela son innumerables. Todos los servicios son caóticos: el agua no llega regularmente, el gas tampoco, y muchas familias están cocinando con leña. La electricidad falla a diario, en algunas regiones pasan hasta 12 horas sin luz. Las comunicaciones telefónicas e internet son pésimas y, ahora, para completar el círculo de calamidades, hay problemas con el suministro de gasolina. Si todo este panorama ya es de por sí desastroso, hay que imaginar lo que la pandemia está afectando a una población tan castigada.
La situación política divide al país y hay una gran mayoría de la población que se ha visto arrastrada a la pobreza. Sobreviven aquellas personas que tienen ahorros en dólares, o los que reciben dinero de familiares que residen en el extranjero.
Los propios vicentinos de las Conferencias también se han visto afectados por esta situación. Con la pandemia todo se paralizó y durante el confinamiento muchos perdieron sus empleos, los jóvenes estudiantes vieron incertidumbre en el futuro y no sabían qué hacer. Los consocios se preguntaban cómo enfrentarse a todo esto, sin poder asistir a las reuniones, sin posibilidad de realizar la labor vicentina y, además, sin recursos para compartir con los más necesitados.
El Consejo Nacional hace un gran esfuerzo por mantenerse en comunicación constante con los Consejos de Zona y con las Conferencias del país, pero una de las mayores dificultades para seguir ayudando es que no posee una cuenta bancaria en dólares. Muchos consocios tienen familiares en el extranjero que gustosamente aportarían recursos para apoyar a las Conferencias en Venezuela, pero no pueden hacer llegar el dinero. Los consocios venezolanos están hermanados con conferencias en Weston Miami, que han enviado ropa y alimentos. Pero eso se ha paralizado debido a las sanciones impuestas al gobierno de Venezuela, por lo que se siguen buscando alternativas para lograr apoyos que ayuden a sobrellevar este momento tan crítico.