El jardín de los ángeles

El P.Chan, asesor espiritual de la SSVP Hong Kong, lucha con todo su amor para que se respete, en la vida y en la muerte, a los bebés que se encuentran en el vientre materno. Esta misión le ha llevado a abrir “el jardín de los ángeles”, un lugar reservado en el cementerio para los niños no nacidos, cuyos padres desean darles una sepultura digna. En Hong Kong los restos de un feto de menos de 24 semanas se eliminan como desechos médicos por lo que el P. Chan ha gestionado este asunto con las autoridades y ha conseguido dar respuesta al dolor y al sufrimiento de muchas parejas que pierden a sus hijos.

La labor del P. Chan ha sido reconocida por la Cruz Roja de Hong Kong, que le ha galardonado con el “premio a la Humanidad 2019”. A continuación, les ofrecemos el documento que motiva la entrega de este reconocimiento.
Respetar la vida de cada uno
Las capacidades de los seres humanos son reducidas ante la muerte. Todo el mundo querría un entierro digno para sus seres queridos y así realizar este desenlace de la mejor manera posible. En 2017, una pareja que tuvo un aborto espontáneo después de la semana 15 de embarazo buscó la ayuda del P. Chan para cumplir con su único deseo, reclamar los restos de su bebé para el entierro. Sin embargo, según la ley de Hong Kong, los restos de un feto abortado de menos de 24 semanas se eliminarán como desechos médicos. Este hecho no sólo no respeta a los bebés abortados, sino que no los trata como vida humana. Peor aún, los padres que acababan de perder a su bebé también sufrirían este segundo trauma. Los recursos a la legislación vigente son largos y llevan mucho tiempo, pero el P. Chan, en su celo por cuidar de esta pareja y por respeto al pequeño fallecido, se comunicaba continuamente con varios departamentos del gobierno con la esperanza de encontrar una solución satisfactoria lo más pronto posible y así aliviar el sufrimiento de los padres.
Al final, el consenso entre los diversos departamentos del gobierno se alcanzó en sólo un mes, los padres pudieron reclamar los restos de los fetos abortados y enterrarlos legalmente en el Cementerio Católico de Chai Wan Holy Cross. El lugar fue bautizado con el nombre de «Jardín de los Ángeles», por lo que los fetos abortados se convertirían en ángeles y entrarían en el Reino de los Cielos bajo la melodía de «Song of Joy» (Cantar de la Alegría).
Asistencia oportuna a la familia del fallecido
El sentido de la vida no depende de su duración. Muchos de los padres con bebés abortados habían perdido a sus seres queridos antes de que pudieran despedirse de ellos. Enterrar decentemente a estos fetos no se hace sólo por respeto, sino que también es una especie de cura para los padres que sufren esta pérdida, este trauma psicológico. Durante este proceso de la despedida, los padres comienzan gradualmente a aceptar el hecho de que su bebé ha fallecido, y aprenden a empezar de nuevo.
En los últimos años, más y más organizaciones están ofreciendo servicios de entierro de fetos abortados para familias de diversos orígenes religiosos o incluso para aquellas que no tienen un trasfondo religioso. El P. Chan previó que “el jardín de los ángeles” podría aumentar la conciencia pública sobre el respeto a la vida y el cuidado a la familia del difunto. También continuará con su labor de educar, promover y dar a conocer esta cuestión de manera proactiva para obtener más apoyo para otros agentes relacionados.