El compromiso vicentino por la vida y contra la eutanasia

Cuidar a los enfermos al borde de la muerte se considera «caridad excepcional», dice el Catecismo
En medio de una pandemia internacional, cuando la humanidad lucha con todas sus fuerzas para defender la vida y evitar que millones de personas mueran de Covid-19 gracias a las vacunas, rechazamos con total indignación la aprobación, por los Parlamentos de algunos países, de leyes que autorizan el suicidio asistido y la eutanasia.
Estas medidas son delitos de asesinato y constituyen una fuerte oposición al derecho a la vida y al plan de Dios. La eutanasia es ética y moralmente inaceptable (Catecismo, 2277, 2278 y 2279). Dios es el Señor de la vida, y también es Su decisión la fecha de nuestra muerte. No corresponde al hombre ni a la mujer poner fin a la vida.
“La eutanasia constituye un asesinato gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador. Aunque se considere que la muerte es inminente, no se pueden interrumpir legítimamente los cuidados que habitualmente recibe un enfermo. Los cuidados paliativos son una forma excepcional de caridad desinteresada; en este sentido, deben ser fomentados”, afirma el Catecismo.
Como reacción a la aprobación de una ley sobre este asunto, la Familia Vicentina de Portugal, ante los ataques a los valores evangélicos, publicó una nota muy ilustrativa en la que reafirma el respeto a la vida y el compromiso vicentino con la esperanza. La nota está firmada por las ramas de la Familia Vicentina portuguesa, entre ellas nuestra Sociedad de San Vicente de Paúl.
“No puede haber dudas sobre la posición que nosotros, consocios y consocias, debemos adoptar ante la cuestión del suicidio asistido y la eutanasia. No podemos consentir las malas tendencias del mundo, que muchas veces van en contra de los valores defendidos por Nuestro Señor Jesucristo, que curó a los enfermos (Mateo 4,23) y resucitó a los muertos (Lucas 7,14). La vacuna que el mundo necesita de verdad es la vacuna del amor”, subrayó el consocio Renato Lima de Oliveira, 16º Presidente General de la SSVP.
A continuación publicamos el texto completo de esta nota, rogando a Dios que tales leyes sean revocadas o anuladas, y que la vida sea siempre un don divino que debemos aprovechar, con alegría y gozo (Juan 10, 10). En apoyo a la Familia Vicentina, pedimos que este mensaje sea ampliamente difundido en todos los países de nuestra Confederación: